Sábado 13 de abril de
2012
Boletín No. 19
ANÁLISIS
DE ASUNTOS DE ACTUALIDAD
Clara Lucía Placencia Ordóñez
Hacer
del país y nuestras ciudades grandes
comunidades
El Ecuador es un país en crecimiento y
actualmente incluso en formación. Nuestras ciudades grandes están ya formadas,
y particularmente lo es la ciudad de Quito en la que vivo yo. Sin embargo el
ambiente de la ciudad; su espíritu, está
en crecimiento para hacerse una comunidad más grande al irse incluyendo poco a
poco en la apreciación y consideración de todos a aquellas personas que provienen
de las clases más bajas por parte de todos los capitalinos.
El presidente Rafael Correa, a mi modo de ver,
tiene en su estrategia de gobierno hacer del país una nación más grande no solo
dentro sino vista y tratada de esa manera
a nivel internacional.
Algo de esto lo menciono en el boletín que
trata sobre el examen de ingreso a la educación superior, al decir que el
estudiante que compite con todo el país –tal como es desde el año anterior a
través de la implementación del examen ENES, creado e impartido por la Senescyt- y no solo con una pequeña porción de
aspirantes a esa carrera en esa universidad, hace en la mentalidad y
sentimiento de los aspirantes, verse en medio de una comunidad mucho más grande;
algo así como ser “ciudadano del mundo”, pero refiriéndonos a la comunidad
nacional.
Una muestra de lo que es una gran comunidad es
la del proyecto de implementación en Guayas de una cárcel de máxima seguridad
que podrá albergar a 3410 personas, de inauguración en estos días, que según
Diario El Telégrafo, martes 2 de abril, tiene un pabellón para mujeres, demoró
15 meses en su construcción y tuvo un costo de 66 millones de dólares.
Una gran comunidad hace más grande a cada
persona que se encuentra identificada como miembro de la misma. Partiendo de
que para sobresalir lo hace entre miles de personas y no entre cientos o
decenas de personas; refiriéndome en particular a este centro carcelario de
máxima seguridad o a una institución educativa como un colegio o universidad.
Esto mismo sucede con la vida dentro de una
ciudad o de un país, y de hecho ha ocurrido ya con la globalización o
mundialización de la presencia de cada persona gracias a la tecnología de telecomunicaciones y en particular la gran
red de telecomunicaciones que es el Internet.
Tenemos en ese sentido una clase educada en
crecimiento dentro del país, a la que se van sumando cada año miles de
estudiantes, y de emprendedores o empleados que van ampliando su nivel de
ingresos, gracias a la gestión del gobierno.
En realidad esta nueva inclusión le parecerá
amenazante a una gran cantidad de ciudadanos que han estado siempre asegurados
una hegemonía dominante. Pero le hace bien al espíritu poder competir con un
millón de personas que se lo merecen, siempre y cuando se lo merezcan (que no
sea que el gobierno le pone impedimentos a la clase hegemónica y regalos a la
clase ascendente, lo cual al parecer no es el caso). Cosas que han hecho de
países grandísimos en espíritu como lo es la gran nación que es Estados Unidos, que es grande no solamente
por su cantidad de territorio o de personas sino por esa grandeza para cada
persona de medirse a sí misma contra millones de personas y no solo contra los
demás dentro de la hegemonía.
Tenemos así un país en crecimiento, pero
dentro del cual no queremos regalos inmerecidos ni tampoco impedimentos o
desmerecimientos a otros que están y han estado siempre en otro nivel.
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