lunes, 15 de abril de 2013

Empresa de dirección pública o privada y consideraciones sobre el monopolio



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Autora: Clara Lucía Placencia
Lunes 15  de abril de 2013
Empresa  de dirección pública o privada, cuál es más eficiente y consideraciones sobre el monopolio
Clara L. Placencia Ordóñez

Algo poco reflexionado por nosotros y que es un asunto real es la importancia del capitán del barco o sea el director general o gerente de una empresa y las cabezas con mayor poder de decisión dentro de ella para el logro final de la gestión total de dicha institución o empresa; sea esta pública o privada.

Existe una gran diferencia en la motivación de un dueño o presidente ejecutivo que busca su lucro y el de todos los asociados y la de un presidente o director que busca satisfacer la agenda de un ministro o presidente de la república., además de la motivación adicional de todos los empleados de la institución.

Dentro del estado una posibilidad para lograr la dotación de servicios a la ciudadanía es que las empresas que brindan el servicio tenga un componente privado, sea este casi total o parcial. Lo que antes se llamaba “privatización” y ahora “concesión”, lo cual no es lo mismo, pero para los fines tratados tiene similitud.

La diferencia de motivación rebasa lo comprensible con tan solo analizarlo como un asunto administrativo y tiene componentes de la dirección que le imprime la conciencia espiritual y emotiva de los miembros de la empresa y en especial de los dueños y personas en cargos de responsabilidad en dicha  empresa.

Monopolio en la empresa privada

Dentro de un estado de gobierno clásico de rezagos de capitalismo de occidente, o de derechos y justicia como lo es el Ecuador, en el que existe la libre competencia y a veces el monopolio, tenemos a una empresa privada en la que el conglomerado humano regido por las cabezas de la empresa, buscan dar el mejor servicio o producto que satisfaga los requerimientos del consumidor; en competencia de precios y calidad de servicio/producto con otras empresas, y a la vez bregar en un negocio que pese a la competencia le permita a los dueños tener un suficiente margen de ganancias.

Resulta que en un caso ideal en el que no existiese posibilidad de monopolio, el servicio/producto parecería sería bien logrado en un caso así.

Normalmente en el Ecuador las empresas de gran capacidad inicial de capital de inversión se han convertido en monopolios en más de un sector de la industria, el comercio y los servicios, como lo son las cadenas de supermercados, los bancos o las empresas de telefonía privada. Aunque actualmente en nuestro país el monopolio está siendo combatido duramente por el gobierno, empezando por las leyes creadas en la Asamblea y la creación de organismos de control o un poco de acción relacionada con la fijación y control de precios. 

Sin embargo, en los casos en los que no se da un oligopolio de sector completo (monopolio logrado con la hegemonía de todo un sector en acuerdo como por ejemplo la banca en la que todas las empresas del sector tienen precios demasiado altos y compiten en otras características pero cada cual tiene una buena porción de clientes), hemos presenciado y vivido en el país una suficiente libertad para emprender, competir y lograr ganancias haciéndolo según las leyes del mercado.

La mayoría de los ciudadanos del Ecuador no ha reflexionado al respecto de la diferencia que está por establecerse en este país en cuanto a la libertad del mercado y el funcionamiento de las leyes de la oferta y la demanda, los cuales muy seguramente dejarán de funcionar con independencia; aunque esto no quiere decir que se vaya a coartar la libertad de emprendimiento o la competencia en muchos sectores. Pero algunas áreas se verán controladas –sobretodo aquellas que amenacen o tengan algo que ver con las dádivas reguladas por la ley si en la constitución nuestra constan como derecho de todos los ciudadanos, sea en la libertad de precios de los servicios/productos o en la libertad de fijación de salarios, pues estamos dentro de un “Estado de Derechos y Justicia”.

Esto como introducción para explicar como se motiva y qué le puede  interesar a  una empresa totalmente privada.  

Las empresas públicas o concesionadas

Dentro del país tenemos servicios gestionados a modo de empresa pública como la empresa de telecomunicaciones CNT (Corporación Nacional de Telecomunicaciones). Y tenemos también otro tipo de servicios que desde hace décadas los brinda el propio gobierno como son todas las actividades de control administrativo y de fijación de políticas para las áreas de salud, educación, compañías, bancos, y además la ejecución directa en otras áreas como obras públicas (construcción de carreteras, vivienda de bajo costo) y  servicio de dotación de agua y energía eléctrica. Agregando todo lo que hace el gobierno para manejo del estado en cuanto a lo que tiene que ver directamente con las funciones del estado que en el país eran tres: ejecutivo, legislativo y judicial, aunque actualmente desde este gobierno y la nueva constitución, tenemos cinco funciones, que son: ejecutivo, legislativo, judicial, electoral y control social.   

El presidente de la república, en este caso el reelecto economista Rafael Correa Delgado es la máxima cabeza del poder ejecutivo, que es el de mayor tamaño y de mayor importancia en el estado; se puede decir quien prácticamente lo maneja todo; si habláramos de la comparación entre quien maneja la empresa y quien el país, sería el presidente sobre quien recae esta responsabilidad.

Pero a fines del tema de este artículo, que es la comparación entre una dirección y gestión pública de una empresa, vs la dirección y gestión privada, habría que ver ahora qué le interesa y motiva a los directivos y empleados de una empresa de gestión pública, además de saber qué clase de mixtura es la mejor para una empresa pública en cuanto a si es una concesión o una empresa del gobierno.

El Estado Ecuatoriano actualmente es de gran tamaño, no por tenencia de empresas sino por todos los organismos de control de los que disponen los cinco poderes del estado; tal como dije: ejecutivo, legislativo, judicial, electoral, y el de transparencia, control social y participación ciudadana.

De modo que hay dos temas que analizar al respecto de la gestión pública, que es el de la estimación sobre qué le motiva y qué imprime con su gestión el directivo público de una dependencia de control y al de una empresa de prestación de servicios y productos, pública o concesionada.

Cabeza de país: El Presidente.-  

La gran parte de personas alrededor del globo, y no tan solo dentro de nuestro país, desconoce qué le motiva a un presidente, aunque se lo alabe o por el contrario se lo critique y tilde de corrupto. En realidad puede tratarse de un presidente “mesiánico práctico”, que es una persona con la intención sincera de mejorar o afectar positivamente a  su país (no de ser un salvador, porque una persona así no alcanzará llegar a la presidencia nunca), y la de seguir las reglas del juego del poder dentro de lo que sea necesario. Un presidente no mesiánico práctico podría tratarse de alguien con oscuros intereses al servicio completo de otras personas y verdaderamente corrupto aunque no sea evidente.

Lo que logra con su gestión un presidente es la de imprimir su línea estratégica y su proyecto macro en cuanto a obras en general y el presupuesto general anual venido de sus secretarías y de suyo propio con las partidas presupuestarias sobre todo lo que está planificado; decisiones de quien está en su gabinete de ministros y secretarios de gobierno; en el caso del Ecuador el presidente tiene además influencia sobre las demás funciones del estado.

En cuanto a la línea estratégica del presidente  mesiánico práctico (porque el presidente totalmente corrupto no sigue su línea estratégica sino las órdenes o el compromiso total con las personas con las que se haya comprometido) tenemos que de acuerdo a esta línea, y totalmente a voluntad del presidente, él influye en sus reuniones de gabinete y cambia o ratifica a los ministros o secretarios de gobierno.

Qué imprime el presidente en las empresas de servicios de los cuales es dueño el estado.-

El presidente de la república, cuando es él quien realmente gobierna, exigirá resultados de buen funcionamiento de las empresas del gobierno en general, y seguramente le prestará más atención a aquellas estratégicas, y supongo que en general su mayor interés al respecto serán los réditos financieros que provengan de estas empresas, pues en cuanto a la buena o mala gestión en cuanto a la prestación de los servicios, seguramente lo dejará en manos de los directivos de la empresa, y se enterará de las anomalías por otra vía como denuncias de otros funcionarios de su propia función (el ejecutivo) o por los medios de comunicación.

Qué imprime el presidente de una empresa pública y la diferencia con lo que imprime el dueño de una empresa privada.-

En cuanto al presidente de una empresa pública, venida del gobierno central (llamado así al gobierno del país entero; presidente de la república y las demás funciones del estado), o sobretodo dentro de este análisis el de las empresas del municipio o prefecturas (alcaldes de ciudad o provincia)  la diferencia radica entre si se les entrega un monopolio (agua o provisión eléctrica, que en el caso ecuatoriano las maneja el municipio) o una empresa que ofrece servicios que ofrecen también empresas privadas (como la estatal CNT) y la de un empresario privado interesado en brindar el producto de máxima calidad al gusto de los consumidores en medio de la competencia con otras empresas, y el máximo rédito económico a la vez.

Al parecer definitivamente la CNT está dotando mejoras al servicio mayores a las empresas proveedoras de agua como la EMAPQ o la Empresa Eléctrica Quito, e interesada en brindar servicios adicionales. Que esto es porque no es un monopolio completo podría simplemente ser la respuesta; más allá que porque la EMAPQ o la Empresa Eléctrica sean dependientes del Municipio MDMQ (Municipio del Distrito Metropolitano de Quito). Y al parecer la conclusión aquí sería que los monopolios en la concesión de servicios no son buenos ni siquiera para el mismo estado, y alguna forma de modificación del monopolio aunque sea en parte de los servicios es una buena idea para mejorar el servicio.

Parecería así que aumentar la competencia, aunque la empresa sea pública, le empuja a los directivos de la empresa, si es que tienen libertad de ejercer su gestión, a mejorar los servicios de la empresa. Es decir que los monopolios son malos aunque se trate del estado.

Algo distinto debe decirse de las empresas concesionadas. Son estas aquellas de totalidad privada, a la que el gobierno le ha entregado la posibilidad de explotar por ejemplo un recurso nacional a cambio de que lo haga bien y a cambio recibe una parte de las ganancias de toda la gestión y el resto le pertenece al país; a modo de porcentaje o de cuota fija o alguna otra forma de contrato.

Allí sí el presidente de la empresa buscará el máximo rédito económico, pero hay que saber que algunas compiten con empresas y mercados multinacionales, y no son necesariamente de dotación de servicios para el país sino puramente una concesión para recibir beneficios económicos para el erario nacional y reciben ellas su participación. En el caso del Ecuador tenemos el ejemplo de esto en la explotación petrolera y en la explotación minera (la cual ha sido un nuevo sector que el gobierno ha decidido entregar en concesión). De modo que se puede ver que estas empresas, aunque no compiten dentro del mercado nacional, no están libres de competencia, y no se las podría llamar monopolios porque compiten y pues también porque no están siendo proveedores para la ciudadanía del propio país.

Diferencias adicionales entre la gestión pública y privada y "Monopolio de Estado"

El dueño de la empresa pone toda su cabeza y corazón en el éxito de la empresa. Dentro de su éxito está que el producto sea bueno si no existen monopolios; sea que la competencia venga de dentro o de fuera, pues competir con productos extranjeros anula de cierta forma el monopolio. El presidente de una institución del sector público en cambio, pone su interés en que las cosas marchen bien, en que su jefe –por ejemplo el jefe presidente- esté contento y de acuerdo con su gestión, y en ejecutar al máximo el plan de sus superiores y el plan previo establecido desde la partida presupuestaria (donde se le denomina partida presupuestaria a la asignación de presupuesto al proyecto o área administrativa específica con el monto asignado).

Aquí surgía así la burocracia por la diferencia de intereses de un administrador público y la de un administrador privado, pues el administrador público además debía responder a políticas de los encargados de Trabajo Público en cuanto a políticas más definidas para beneficios a los empleados de las dependencias públicas, además de estar sobrada en sí mismo la gestión de la institución y cumplido todo el plan; además de estar la partida presupuestaria suficiente para cumplirlo todo.

En cuanto a los servicios sabemos ya que sin alguna manera de competencia, o en su defecto, una exigencia suficiente del Presidente de la República o de los jerarcas que las demás funciones del estado y de los municipios y otras formas de gobiernos locales  (de las provincias y ciudades), siendo posible también una buena gestión a través de una planificación lograda con muy bien logrados análisis técnicos, buenas intenciones de mesianismo práctico, y suficiente presupuesto para los buenos propósitos.

Sin embargo, el monopolio de los servicios de la cartera de estado, pese a las buenas intenciones en la planificación, por ejemplo un ministerio o secretaría de estado, hará que la planificación se cumpla a lo largo del año o periodo completo de gestión de esa cartera de estado sin presionarse a sí mismos a perfeccionar la gestión. 

Una pequeña consideración adicional.-

¿Es la competencia en ausencia de monopolio demasiado exigente para los empresarios, en el sentido de reducir sus ganancias en una administración sobre-exigente?
Tal vez yo misma lo he considerado así, pero en realidad si el negocio le sigue brindando un suficiente margen de ganancias, se podría considerar justa a la competencia; siempre y cuando no se trate de personas que inventaron el negocio o el caso en que el servicio o producto analizado con justicia valga más y el esfuerzo de esa empresa merezca un margen mayor de ganancia.

Aquí esta consideración adicional y final tiene ya tintes espirituales y sicológicos o subjetivos, llamándose subjetivo a lo que no está claramente entendido o explicado, pero la considero cierta, aunque subjetiva, y tiene explicación y atención en muchos países cuando se relaciona con los derechos de propiedad intelectual, lo cual es un tema que por años ha generado cierta cantidad de polémica en todo el mundo.

Termino así este ensayo con la conclusión de los beneficios de las leyes anti-monopolio y la buena planificación bajo la presidencia de un mesiánico-práctico.


Clara L. Placencia Ordóñez
Quito-Ecuador

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